Cómo afecta a los demás nuestro campo magnético personal.
POR JOAN EGEA BARBER
13/08/2022
Uno de los activos más valiosos del automatismo humano es el magnetismo personal por su manifiesta capacidad de ofrecer felicidad a quien lo genera y posee.
El magnetismo personal consiste en un proceso de creación de vibraciones magnéticas en los diferentes módulos que constituyen el sistema del Teleautomatón, que da como resultado una frecuencia de resonancia con la que transmitimos nuestro campo magnético personal.
En el proceso de creación de un adecuado campo vibracional debemos poner en sintonía, las tres frecuencias principales del automatismo humano:
- F1 Módulo flujos de entrada INPUTS, acciones, actuaciones y conducta que materializamos desde nuestro cuerpo físico. Representa el magnetismo físico.
- F2 Módulo de mediación interna. Sistema de pensamientos, emociones, creencias y sistemas de valores, así como las interferencias o influencias de perfiles colectivos. Este módulo representa el magnetismo mental.
- F3 Módulo flujos de salida OUTPUTS o resultados. Está determinado por nuestro propósito de vida, objetivos y expectativas. Nuestra planificación sobre el futuro genera vibraciones que retroalimentan nuestra vibración presente.
El magnetismo personal podemos no considerarlo aisladamente desde el módulo mental, ni tampoco desde el físico corporal, sin embargo, son muchas las personas que caen en el error de fijar su atención sobre uno de los dos, pasando por alto el otro.
Mente y cuerpo continuamente están bajo la condición de resonancia magnética, transmitiendo nuestro automatismo dicha frecuencia de resonancia.
La vibración de nuestro cuerpo tiene que poseer una adecuada y elevada energía, que se genere desde una saludable alimentación, respiración, contacto con la naturaleza, etc. Algunas personas poseen más magnetismo físico y otras más magnetismo mental, pero toda aquella persona que posee un elevado magnetismo personal es porque consigue unas resonancias elevadas entre ambas que elevan sus picos de energía magnética.
Cuando las frecuencias de los diferentes módulos resuenan, crean un campo magnético o atmósfera etérea de una enorme fuerza intuitiva, de una inteligencia en forma de sabiduría que opera armoniosamente desde todo el conjunto que forma el automatismo humano.
El magnetismo personal se propaga invisiblemente de forma similar a las señales del wifi de nuestras casas. Esta energía en forma de ondas se propaga por nuestro interior en forma de implusos bioquímicos mediados por el ADN, y simultáneamente por el espacio, conectando con los campos magnéticos existentes en nuestra naturaleza, incluidos los demás seres humanos.
Nuestro magnetismo personal incide significativamente sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo a nivel celular, llegando incluso a modificar nuestra genética dominante de referencia.
El logro consciente del equilibrio dinámico del automatismo supone posiblemente el mayor avance de nuestra humanidad.
Sin embargo, se debe dar otro paso cualitativo porque las personas somos seres que nos completamos, resonamos y optimizamos solo en relación con el otro, siendo así que el camino individual de buena vibración muchas veces para muy poco pueda servir.
El Automatón es el resultado de la interacción de energía y materia a la vez, pero el paradigma de separación y oposición, nos ha llevado a la situación en que la materia visible observable fue dejada en manos de la ciencia y la energía en manos de las religiones.
Esta clásica separación entre ciencia y espiritualidad nos ha impedido beneficiarnos del verdadero conocimiento que se da desde sus interacciones, único modo de comprender el Teleautomatón.
El magnetismo personal hace posible la espiritualidad, y al mismo tiempo, supone la base de todo el desarrollo significativo de la humanidad presente y futura.
El logro del equilibrio dinámico del automatismo se fundamenta en la frecuencia vibratoria del amor, las cuales al fluir son capaces de aportar y atraer los medios necesarios tanto en nuestras relaciones sociales como en nuestras relaciones más íntimas.
El magnetismo personal constituye una misteriosa esencia que nos hace brillar. No solo es atractivo físico, sino también belleza interna de un ser que irradia un corazón contento y feliz.
El magnetismo personal eleva nuestra frecuencia de vibración en sentido positivo permitiéndonos sintonizar con personas y circunstancias, de acuerdo con el ser que deseamos manifestar.
El campo magnético, con sus líneas de fuerza etéreas, posee la capacidad de llegar a afectar a las demás personas que entren en contacto con él. Pero, sobre todo, con aquellas personas que al permanecer vibrando en un ancho de banda similar al suyo, facilitarán la generación de frecuencias compartidas, que elevarán los niveles de magnetismo personal a unos picos de intensidad inalcanzables de forma individual.
Cuando el módulo emocional del Automatón, irradia amor y alegría, estamos radiantes por medio de un magnetismo que no puede ser superado por ninguna crema cosmética. Cuando transmitimos amor, emitimos un brillo especial que se observa desde la mirada hasta el resto de nuestro cuerpo y entorno que queda influenciado por la transmisión de nuestra vibración amorosa.
Existen personas que emiten un campo magnético de luz, alegría, felicidad, que afectan positivamente a las personas con las que entran en contacto o se les acercan, pero también existen otras que permanecen rodeadas de una atmósfera de negatividad y pesimismo, caracterizadas por sus continuos estados de queja y victimismo y su capacidad de infectar a los demás.
También nos encontramos con personas con un magnetismo débil, las cuales parecen no atraer, ni afectar, ni infectar. Estas personas se caracterizan por una falta de propósito de vida propio y debilidad de carácter y personalidad, sus relaciones se caracterizan, sobre todo, por la indiferencia mostrándose incapaces de atraer amor a sus vidas.
En el proceso de creación de nuevas vibraciones hemos de tener en cuenta el carácter inconsciente de muchos de nuestros pensamientos, para ello serán efectivos procesos de meditación, que nos induzcan a estados vibratorios en sintonía con anchos de banda de frecuencias positivas y amorosas.
El magnetismo personal se puede apalancar o amortiguar, dependiendo del carácter de las relaciones comunicativas que establezcamos con las demás personas. Para apalancar o amplificar nuestro propio magnetismo personal hemos de conseguir resonancias con otras personas.
Las vibraciones positivas en sintonía con las frecuencias del perdón abren el canal para atraer y manifestar armonía a nuestras vidas, y la sintonía con frecuencias de gratitud aumentan la intensidad del caudal por dentro de este canal.
Las personas sin sentido del humor suelen esconder deseos de control y dominación poco armoniosos. El buen humor y la alegría son los mejores equilibradores de nuestro magnetismo personal.
Este artículo se corresponde con uno de los capítulos del curso Teleautomatón, si te ha parecido interesante puedes ampliar información en el enlace de la parte inferior.
Joan Egea Barber.