La técnica psicológica de marcarse objetivos

POR JOAN EGEA BARBER
07/10/2022

La técnica psicológica de marcarse objetivos

En el deporte, como en la vida misma, se realizan muchas actuaciones y actividades enfocadas en el desarrollo de acciones técnicas. Sin embargo, el marcarse objetivos con sus correspondientes planes de actuación para conseguir resultados, es algo que no está tan normalizado entre la gente.

En la mayoría de nuestras actuaciones cotidianas funcionamos como robots corriendo afanosamente por el interior de los vagones de un tren, pero en dirección contraria al objetivo o destino al cual nos conduce la locomotora. Nuestras acciones y comportamientos no están sintonizados con nuestros objetivos y propósito de vida.

El punto de partida de todo proyecto deportivo, personal o profesional debe cimentarse mediante un establecimiento previo de objetivos a medio y largo plazo, que nos generen la energía necesaria para lograr unos resultados con garantías de éxito.

Es necesario normalizar el planificar y marcarse unos objetivos que nos indiquen dónde queremos ir o llegar.

Creemos que es fácil responder hacia dónde queremos ir, de hecho, de manera más o menos consciente, toda persona posee ciertos objetivos. Pero, aunque en un principio pueda parecer sencillo responder a esta pregunta, ni mucho menos lo es.

Para responderla adoptamos, aún sin querer, una postura “realista” distorsionada por pensamientos y creencias sugestionadas en nuestra mente a causa de recuerdos y experiencias del pasado, frenando la libre declaración de nuestros deseos al considerar que es mejor no manifestarlos ni sacarlos a la luz, para así no tener que desilusionarnos de nuevo.

La representación mental de nuestro pasado o historia de vida en base a experiencias negativas y de renuncia, suponen un gran impedimento para atrevernos a formular lo que de verdad deseamos.

Marcarse objetivos, sobre todo al principio, resulta difícil y lo hacemos de un modo muy general. Sin embargo, a medida que profundizamos en nuestro proyecto de vida, nos vamos sintiendo más capacitados para conseguir marcarnos unos objetivos más concretos y detallados, que nos indiquen hacia dónde queremos ir.

No deberíamos tomar al pie de la letra lo que dictan los manuales de psicología, de que los objetivos deben ser realistas. No tengas miedo a soñar en grande, porque en la mayoría de las ocasiones se peca de lo contrario.

Debes conseguir marcarte objetivos que reflejen de verdad lo que quieres, no lo que se supone que deberías querer. Si no haces lo que amas no puedes hacerlo bien, porque la mayor parte de tu energía nace de tu corazón.

El gran objetivo de vida o misión se te comunica a través de la fuerza de tu corazón, de tu mente intuitiva. Consiste en una mezcla de lo que somos con lo que deseamos ser, hacer y llegar a ser.

Imaginar nuestro objetivo desde la dimensión de las ideas genera una energía vibracional que retroalimenta nuestras acciones y conductas presentes.

La claridad de nuestra imaginación en forma de ideas y de objetivos se refleja de manera directa en nuestros resultados.

Las ideas son energías vibratorias como ondas de radio, y la intencionalidad o imaginación humana nos permite mentalmente crear dichas ondas en nuestro futuro, atrayendo un tipo de realidad y circunstancias en sintonía con ellas y repeliendo las que no se ajustan a dicho rango o ancho de banda vibracional.

Las personas que expresan sus objetivos por escrito muestran muchas más probabilidades de alcanzarlos, y las que además de escribirlos interaccionan con los indicadores de resultados y progresos conseguidos, tienen casi un 80% más de probabilidades de conseguir hacerlos realidad que si no lo hicieran.

La energía motivacional interior y el rendimiento de la persona que es capaz de generar esta técnica superan con creces las “subidas energéticas cortoplacistas” que son capaces de suministrarnos las tan populares bebidas a base de sustancias estimulantes, que tantos efectos secundarios perjudiciales producen en la mente, cuerpo y espíritu de las personas.

La técnica de marcarse objetivos se ha demostrado que genera un aumento del grado de motivación interior y del rendimiento de la persona (equipo, institución, etc..). Se ha demostrado que, entre otros, genera los siguientes “efectos secundarios”:

  • Aumento del grado de compromiso personal y profesional.
  • Aumento de nuestros niveles de acción.
  • Aumento de nuestra atención y enfoque.
  • Mejora de nuestra actitud y motivación hacia la consecución del logro.
  • Mejora de la cohesión grupal o del equipo por medio de objetivos compartidos.
  • Aumento de nuestra capacidad de esfuerzo y perseverancia.

Clarificar nuestros propios objetivos, resulta fundamental para nuestro crecimiento y desarrollo personal. Es un proceso que puede entrenarse y mejorarse. Cada vez más, esta técnica se viene utilizando en muy diversos ámbitos como el deportivo, el empresarial o el humanosocial, entre otros.

Establecerse el gran objetivo o propósito de vida tiene la maravillosa capacidad de ir progresivamente ofreciendo soluciones a todos los problemas y en todas las áreas y situaciones de nuestra vida, pero solo lo hace en la medida que somos muy buenos en algo que esté aportando y contribuyendo al conjunto de la sociedad.

Joan Egea Barber

Este artículo se corresponde con contenidos de los capítulos de la trilogía Vibra+ Sistémica, si te ha parecido interesante puedes ampliar información en el enlace siguiente.

Utilizamos cookies propias y de terceros para el análisis de tus hábitos de navegación y realizar estudios estadísticos, mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias y compartir o mostrar contenido de este sitio web en redes sociales. Si continúas navegando, consideramos que aceptas la utilización de cookies. Puedes obtener más información en nuestra Política de Cookies.