Mediador de nuestro mundo interior: Cerebro racional y cerebro emocional

POR JOAN EGEA BARBER
12/08/2022

Mediador de nuestro mundo interior: Cerebro racional y cerebro emocional

Immanuel Kant fue el primero en darse cuenta de que nunca experimentamos las cosas en sí, sino que más bien, experimentamos el mundo físico y material a través de filtros programados en nuestro mundo interior.

En vez de que las mentes se moldeen a sí mismas, según los inputs sensoriales del mundo, las mentes moldean las impresiones sensoriales de los inputs del mundo, de acuerdo con sus categorías innatas.

Debido a los atractores o fuerzas magnéticas de los diferentes módulos del Automatón, se establecen interacciones que tienden a la armonía, o por el contrario, al desequilibrio del automatismo.

El esquema de la figura anterior integra los principales módulos que operan en el automatismo humano.

Nuestro cerebro racional tiene entre una de sus principales funciones evolutivas la de protegernos, esta función se complementa, con el funcionamiento simultaneo de nuestro cerebro emocional, más evolucionado y propio de los seres humanos.

El sistema emocional es intuitivo e intencional dirigido hacia unos propósitos más nobles y creadores, más anhelados por nosotros.

Los propósitos nos impulsan y motivan intrínsecamente, asumiendo riesgos en forma de resistencias y retos a superar, no sin la constante interferencia de una mente racional más primitiva, más animal y menos humana.

El módulo racional generalmente entra en contradicción con la energía vibracional armoniosa en forma de onda senoidal del módulo emocional intuitivo, que en cada momento nos está indicando qué es lo mejor que podemos hacer para nosotros y para el conjunto.

La energía vibracional del módulo racional suele generar una onda en forma de diente de sierra, que corta el logro de nuestros deseos. Esta onda se caracteriza por rapidas subidas y bajadas, busca por tanto respuestas cortoplacistas y de mera subsistencia.

En la figura anterior, la atracción está representada por la onda senoidal (bit 1), y la fuerza de repulsión por la onda en forma dediente de sierra (bit 0).

El Teleautomatón al desear mediante pensamientos con carga emocional, crea esa partícula material en su campo magnético, en un punto lejano, que se propaga por medio de las lineas de fuerza que lo separan de la fuente creadora.

Aunque el Teleautomatón no lo perciba, por no entrar todavía en su zonade alcance, existe una fuerza de atracción hacia la nueva particula que ha entrado en nuestro campo electromagnético.

Es nuestro trabajo "convencer" a la mente racional para que piense, sienta y vibre en síntonía con la onda senoidal de los propósitos que se propagan hacia nosotros.

La vibración emitida desde el cerebro racional debe resonar con la del cerebro emocional, de este modo conseguimos elevar la intensidad de la energía a picos inalcanzables desde vibraciones aisladas.

La frecuencia de resonancia es como un eco transmitido que entra a formar parte de un transformador de energías disponible por medio del Éter, que posibilita la manifestación de nuestra realidad a través de la propagación de energías y el movimiento de las diferentes líneas de fuerza.

Otra característica de nuestro cerebro racional, con influencias importantes sobre nuestras tomas de decisiones y elecciones, es que, al ser de naturaleza más simple, deja pasar e ingiere todos los inputs que le llegan. Este hecho puede suponer ventajas, pero también puede llegar a causarnos graves perjuicios.

Debemos permanecer alerta, porque este módulo, no discierne y acepta como verdadero todo lo que le llega. Pongamos, por ejemplo, que puedes estar llenando repetidamente tu mente con ese repertorio de canciones románticas en las cuales, las relaciones de pareja siempre acaban mal o que justifican relaciones desiguales de poder del hombre sobre la mujer.

Muchas personas, especialmente aquellas que hacen un mal uso de una supuesta humildad, llegan a tolerar hechos  que nadie debería permitir. Así, por ejemplo, pudiendo dejarse avasallar con ciertas "sentencias" por parte de otras personas.

Estas sentencias, que en mayor o menor medida, todas las personas solemos recibir y emitir a lo largo de nuestras vidas, terminan en muchas ocasiones convirtiéndose en poderosos decretos que intoxican nuestro sistema de mediación interna, llegando a formar parte de nuestra programación, de forma que nuestra conducta quedará, en muchas ocasiones, de modo inconsciente guiada por la frecuencia de vibración negativa, que posiblemente desde hace muchos años programada en tu subconsciente.

La frecuencia de resonancia del módulo de mediación interna, siempre queda influenciada por el perfil colectivo más infliuyente al cual inconscientemente nos adscribimos.

Todo lo que atraemos y manifestamos en nuestras vidas es un reflejo de este magnetismo transmitido desde el sistema de mediación interna.

Este artículo se corresponde con uno de los capítulos del curso Teleautomatón, si te ha parecido interesante puedes ampliar información en el enlace de abajo.

Joan Egea Barber.

Utilizamos cookies propias y de terceros para el análisis de tus hábitos de navegación y realizar estudios estadísticos, mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias y compartir o mostrar contenido de este sitio web en redes sociales. Si continúas navegando, consideramos que aceptas la utilización de cookies. Puedes obtener más información en nuestra Política de Cookies.